El embarazo es un periodo de muchos cambios, donde tu cuerpo de adaptará para traer al mundo a un nuevo ser, por lo que si tienes dudas de si estás embarazada o no, te presentamos las 11 señales que te avisan que llegará un nuevo integrante a la familia.
Desde la concepción, tu sistema hormonal trabaja para generar los cambios necesarios en tu cuerpo, de modo que tu bebé se desarrolle correctamente, por lo que habrá síntomas que podrás evidenciar antes de iniciar tu próximo periodo menstrual.
Si bien serán más notorios o no, de acuerdo a tu nivel hormonal, podrás identificar estos 11 síntomas más frecuentes:
- Sangrado de implantación. Este manchado ocurre a la semana de la fecundación, cuando el feto se implanta en el útero materno, ya que en el proceso pueden romperse algunos vasos sanguíneos. La sangre que cae suele ser rosa o marrón y no dura más de dos días. En caso siga el sangrado, consúltalo con tu médico.
- Dolor pélvico. Los primero días van acompañados de un dolor, similar a los dolores menstruales, por la distención del útero. Es normal, si es leve, pero si llega a ser intenso y no calma con paracetamol, lo mejor es acudir al médico.
- Cambios en el pecho. El cambio más notorio a la vista de la futura mamá es el aumento del tamaño de los senos y de los pezones, los cuales aumentan de grosor, así como de la areola que los rodea. También es normal que se desarrollen unos pequeños granitos alrededor del pezón, llamados tubérculos de Montgomery, que tienen la función de protegerlo y lubricarlo durante la lactancia.
- Náuseas. Estos se dan a lo largo de todo el día y son más frecuentes al despertar.
- Mareos. En caso aparezcan, se dan a partir de la quinta semana, pero desaparecen, al igual que las náuseas, al llegar al segundo trimestre.
- Vómitos. Los mareos también se dan en el primer trimestre, debido a que las hormonas del embarazo relajan los vasos sanguíneos, lo que provoca que baje la tensión.
- De pronto te sientes muy cansada y con mucho sueño, ya que tu cuerpo, al producir grandes cantidades de progesterona, se empieza a sentir sedado. El grado de fatiga va asociado a tu nivel hormonal y aumenta a medida que avanza el embarazo. De todos modos, lo mejor es consultar esto con tu médico.
- Cambios en el olfato y en el gusto. Tu sentido del olfato se agudiza muchísimo, por lo que habrán olores que de la noche a la mañana se volverán desagradables para ti. Esto también afecta de modo singular a tu apetito, pues empiezan así los antojos y, por consiguiente, a modificarse tus gustos en los alimentos.
- Gases e hinchazón. ¿Con hinchazón y estreñimiento? Esto sucede porque la progesterona ralentiza el tránsito intestinal y, si bien al inicio no crecerá tu vientre, a partir de la séptima semana el tamaño de tu cintura irá incrementándose. Respecto a los gases, conforme crece el útero, ocupa más espacio en tu cuerpo, por lo que el intestino se desplazará para tratar de acomodarse y eso desencadena molestias y flatulencias.
- Visitas al baño seguidas. En la gestación, la producción de líquidos corporales aumenta y los riñones trabajan más, por lo que es más frecuente que vayas a miccionar. Es muy común en los primeros meses, se regulariza los meses siguientes y vuelve a aparecer los últimos meses, debido a que el útero, al crecer, presiona a la vejiga.
- Ausencia de menstruación. Si tienes ciclos muy regulares, será uno de los cambios más evidentes que notarás.
Si la cigüeña te visitó, solo queda cuidarse más y disfruta de esta nueva etapa.