A veces detalles tan simples como cambiar de juguetes o la posición de objetos ayudan a despertar la curiosidad de tu bebé, de modo que potencialices su inteligencia y su inquietud por desplazarse y seguir descubriendo.
- Cambia sus juguetes con frecuencia. Si dejas todos sus juguetes a la mano, nunca le prestará demasiada atención al mismo tiempo, lo mejor es dejar unos pocos a la mano y, luego de un tiempo, guardarlos y sacar otro grupo pequeño de juguetes. Esto ayuda a que aproveche mejor los estímulos de cada juguete y aprenda mejor de ellos.
- Pasearle en brazos por la casa. Estos paseos estimulan su visión y su curiosidad por lo que halla a su alrededor; además, le permite tener sus primeras impresiones del espacio donde se ubica y si lo meces un poco entrenarás su sentido del equilibrio.
- La siesta. Estos momentos de sueño durante el día deben darse con la ropa que lleva durante el día y en un espacio en penumbra, mas no oscuro por completo, para que se habitúa a la rutina de sueño de la familia.
- Moverle sus brazos y piernas cuando se le cambia el pañal. Es una forma sencilla que lo ayuda a descubrir sus extremidades, identifica sus movimientos como suyos y aprende sus límites.
- Seguir una rutina al vestir. Al crearle hábitos al vestir, como primero colocar las prendas por la cabeza, desvestirse primero los brazos, entre otros, le enseñar a anticiparse y tomará esta tarea con una mejor actitud.
- Ponerlo al lado de otros niños. Es el primer paso para que empiece a ser sociable; si bien no hablan y no interactúan como niños más grandecitos, igual aprenden que hay semejantes a tu bebé.
- Masaje con crema. Cuando se le unta crema en el cuerpo del bebé, se le puede acompañar con masajes (sin tocarle la columna), de modo que le dé seguridad y conciencia corporal.
- Salidas con tu bebé. No importa si es siempre al mismo lugar, el solo hecho de salir en tus brazos le da seguridad y le ayuda a vender el miedo a los extraños. Además, desde su perspectiva, cada día aprende algo nuevo en cada una de sus salidas juntos.
- La rutina de lactancia. Además de ser su principal fuente de alimentación, es también una rutina de amor y protección para tu bebé, donde crea un vínculo muy estrecho contigo.
- Péinalo a diario. Si bien cuando nacen no todos los bebés poseen una gran melena, el cepillarse su cabecita le estimula sensorialmente y se le crea un hábito de cuidado personal.
- Que pruebe nuevos sabores de tu plato. Cuando tu bebé ya pueda comer de todo, puede probar una pizca de tu plato, ya que así estimulas su sentido del gusto y le ayuda a aceptar nuevo sabores.
- Varía la posición de su cuna. Dentro de la habitación, date la libertad de mover su cuna, principalmente los primeros meses, porque así le ayudas a descubrir nuevos detalles de su habitación, disposición del espacio y todos los implementos que complementan ese ambiente.