Ser padres es un trabajo de tiempo completo y es esperable que la relación con tu esposo cambie radicalmente con la llegada del bebé pues este es la prioridad… ¿Normal? Según la especialista en Pareja Isabel Panta, es todo lo contrario: El matrimonio es la estructura que sostiene tu familia. Si tu matrimonio es fuerte, toda tu familia será fuerte; tu vida y la de todos será mejor.
- Así que un buen consejo: Cuando lleguen los hijos igual dale prioridad Número 1 a tu vida el fortalecer tu matrimonio. ¿Cómo hacerlo? Aquí ocho tips infalibles para tener un matrimonio exitoso cuando los padres están muy ocupados.
1. El primero en la lista.
Para mantener un matrimonio sólido debes dedicarle tiempo, esfuerzo y concentración. ¿Cómo es esto posible cuando tenemos 3 hijos chiquitines que nos vuelven locas todo el día? No solo es posible sino indispensable: Pon tu relación en el No 1 de la lista de prioridades, sí, por encima del bebé.
Esto no significa de ninguna manera que vas a relegar a tu pequeño ¡imposible! Pero establece un espacio de tiempo, digamos cuando llega del trabajo, en el que por una hora completa tu esposo es dueño de tu tiempo y tu atención. ¿Y si el bebé llora justo en estos momento? No corras a atenderlo dejando a tu amor con la palabra en la boca, hazle ver que todo puede esperar (digamos un par de minutos al menos)
Poner a tu relación abajo en la lista de prioridades (por debajo de lavar la ropa por ejemplo) fácilmente puede terminar con una ruptura. ¿Te imaginas tener que cuidar a tus chiquitines sola como madre separada?
El oxígeno del avión. La doctora Panta hace la siguiente analogía. Cuando viajas en avión siempre te dicen que en caso de siniestro debes colocarte primero tú el oxígeno antes de preocuparte por los niños, pues si tú te quedas sin aire no podría ayudar a nadie ¿verdad? Darle oxígeno primero hará que los niños se sienten seguros cuando saben que mamá y papá se aman, particularmente hoy en día, donde el 50% de matrimonios acaban en divorcio.
2. Mira las cosas buenas, ignora las malas
Te casaste con tu esposo por buenas razones. Tu pareja tiene cualidades maravillosas. Tu primer paso es buscar las cosas buenas y tolerar las malas.
Hazte el hábito de ignorar las cosas pequeñas y problemáticas, medias sucias en el piso, un café de hace un día en la mesa, pijamas tirados, un eructo en la cena, y elige por sobre todas esas cosas las que te hacen sonreír: la manera en que juega con el bebé; el hecho de que te cocine, el saber hacerte reír…
3. Díganse dos halagos al día
Ahora que te has comprometido a ver las cosas buenas de tu pareja, es hora de decirlas. Esta es la clave para entrar a su corazón. Nuestro mundo está lleno de carga negativa, por lo que raramente recibimos halagos de otras personas. Cuando lo hacemos, no solo nos hace sentir muy bien sobre nosotros mismos, sino que nos hace sentirnos muy bien con la persona que nos dio el cumplido.
Piénsalo, cuando tu esposo te dice: “Eres la mejor. Soy tan feliz de haberme casado contigo”. Los cumplidos son fáciles de dar y son gratis. También son poderosos; solo tienes que hacer el esfuerzo de decirlos. Todos funcionan: “Qué rucho estás”. “Haz atendido muy bien al bebé” “Qué persona divertida eres”, etc.
4. Respeto y buenos tratos
Seguramente conoces parejas que se tratan ofensivamente y se faltan el respeto, incluso de una forma que nunca trataría a un amigo. A veces incluso es mala costumbre y no intención de faltarle el respeto a tu pareja.
Pon el tema sobre la mesa, si te ofende con comentarios dile: “Ese tipo de comentarios son ofensivos y peor en una pareja. Sé que no has tenido la intención de ofenderme pero por favor en adelante trátame con respeto y cariño”
Como dice un refrán: Si es que puedes elegir entre tener la razón y ser buena gente, sé buena gente.
5. Escoge bien porque pelear
¿Qué tan seguido has escuchado este consejo en tu relación? Es una gran sugerencia para la crianza de los hijos, y también para tu matrimonio. En toda relación humana habrán desacuerdos y conflictos. La clave es decidir qué problemas valen la pena tratar y cuales es mejor ignorarlos. Haciendo esto encontrarás mucho menos energía negativa entre ustedes.
Desde ahora, cada vez que te sientas fastidiada, tómate un minute para analizar la situación y pregúntate si es realmente importante, si vale la pena pelearse por eso, o si habría algún beneficio si pelean esa batalla.
6. Caricias de 60 segundos
Puedes identificar una familia recién casada solo por cuanto se tocan el uno al otro. Ir de la mano, sentarse juntos, tocarse los brazos, besarse, todas esas cosas. Como también puedes saber quiénes tienen algún tiempo de casados por cuanto se tocan.
Las madres, en particular, tienen menor necesidad de contacto físico porque sus bebés y niños pequeños les dan oportunidad de sobra para hacerse caricias, por lo que esa necesidad diaria se ve cubierta. Por eso un recordatorio simple: has el esfuerzo de hacerle una caricia a tu esposo o esposa más seguido. Un abrazo, un beso, palmada, un masaje, todo esto causa sensaciones positivas.
Este es el trato: Cuando sea que hayan estado separados tomen 60 segundos de acariciarse y demostrarse cariño sea una regla. ¡Esto puede ser adictivo! Si sigues este consejo pronto se verán más cariñosos cada vez, incrementando el lado romántico de tu relación.
7. Conversa y escucha a tu pareja
No nos referimos a “Recuerda recoger el uniforme de Jaimito.” O “Tengo una reunión en el colegio hoy.” En lugar de eso, acostúmbrate a compartir lo que pienses acerca de lo que leíste en el periódico, lo que viste en la televisión, tus sueños y metas, tus preocupaciones. Toma un interés especial en aquellas cosas por las que tu pareja está y hazle preguntas. Y luego escucha las respuestas.
8. Pasa tiempo con tu cónyuge
Puede ser difícil que tu matrimonio funcione si es que pasan todo el tiempo siendo “mami” y “papi”. Necesitan tiempo regular como esposo y esposa. Esto no significa que necesiten irse a Hawái por dos días. Solo tomen pequeños momentos de su tiempo al día en el que puedan disfrutar una conversación pequeña sin interrupciones, o incluso simplemente estar con el otro en silencio, sin un bebé en tu regazo, un niño jalándote la ropa o un adolescente rogando por las llaves del auto. Una caminata en las mañanas alrededor de la cuadra o compartir una taza de anís cuando ya los niños se fueron a dormir puede ayudar a reconectarse.