Al colecho se le conoce como aquella pequeña cama que se une con el lecho conyugal para que el bebé pueda dormir junto a los padres, pero también se le llama al hecho de hacer dormir al recién nacido en la misma cama o habitación con los padres.
Si bien puede sonar ambigua su definición, lo cierto es que muchos padres están a favor y otros en contra de esta práctica, por lo que te damos a conocer sus beneficios y desventajas.
Razones a favor del colecho
Algunos estudios concluyeron que los pequeños que duermen en el mismo lecho que los padres les proporciona seguridad y un sueño más profundo, además de permitirles estar cerca a la madre cuando él necesite amamantar.
Por otro lado, la madre está atenta inconscientemente de que el bebé está durmiendo al lado, por lo que estará alerta a las necesidades de su hijo, quien llorará menos, ya que percibe el olor de su madre al lado, lo que le trasmitirá calma y serenidad al recién nacido.
Según la Unicef, en su informe junto con la Foundation for The Study of Infant Deaths detalló que “si está amamantando, lo más probable es que le sea más cómodo dormir con el bebé en la misma cama”.
Razones en contra del colecho
Los profesionales que están en contra de que el bebé duerma en la misma cama con la madre (más allá de si es en la misma habitación o no) es el riesgo de muerte súbita, por el peligro de “aplastarlo”, que puede atrapado entre las sábanas o que su temperatura corporal se eleve por el exceso de calor.
La Asociación Española de Pediatría afirma que “la forma más segura de dormir para los menores de 6 meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres. El colecho es una práctica beneficiosa para el mantenimiento de la lactancia, pero también se considera un factor que aumenta el riesgo de muerte súbita, por lo que no debe ser recomendado en lactantes menores de 3 meses”.
Si bien son los padres quienes deciden si prefieren que el bebé duerma con ellos o no, sugerimos estas precauciones para que lo practiques sin riesgos:
- La cama debe ser amplia, el colchón firme y la ropa de cama, la misma para el bebé que para la mamá, para asegurar una correcta temperatura. La cabeza del bebé nunca debe quedar cubierta y hay que asegurarse de que no pueda caerse ni verse atrapado entre el colchón y la pared.
- Las mamás tienen un vínculo con el bebé que, sobre todo al principio, los papás no poseen. Por eso es preferible que si se practica el colecho el bebé se acueste junto a la madre.
- El colecho está contraindicado si el adulto fuma o toma alcohol o fármacos que causen un sueño pesado.