Hay trastornos que, aunque se sienten muy reales, solo son causados por nuestra mente. Este proceso se llama somatización. Aquí le contamos en qué consiste, por qué se origina y cómo combatirlo.
¿Alguna vez ha escuchado a algún amigo o familiar quejarse constantemente de dolores de cabeza o de estómago, o quizá de fatiga, dolor de pecho o dificultad para respirar sin que los médicos encuentren una explicación física a dichos síntomas? En estos casos es muy probable que la persona no tenga una enfermedad orgánica; pero sí podría tener síntomas físicos causados por un problema psicológico.
El psiquiatra Enrique Bohórquez, de la Asociación Psiquiátrica Peruana, explica que este fenómeno se denomina “somatización” y se refiere a un proceso por el cual la persona presenta síntomas reales que puede llegar a confundir con una enfermedad, pero que en realidad no tienen un origen fisiológico, sino que se trata de un cuadro clínico originado por la ansiedad o preocupación.
“Hay personas que en situaciones de estrés desarrollan demasiada angustia y ansiedad que no pueden canalizar. Entonces somatizan esas emociones a través de algún órgano del cuerpo y producen cambios fisiológicos que causan palpitaciones, sensaciones de frío o calor, un aumento de la sudoración o hasta malestar en la cabeza o el estómago”, refirió.
Además, la somatización puede tener efectos negativos en los sistemas respiratorio, gastrointestinal y cardiovascular y causar asma, estreñimiento, gastritis, náuseas, vómitos, hipertensión, arritmia y taquicardia, entre otros síntomas. Asimismo, puede afectar el sistema endocrino, convirtiéndose en un factor desencadenante de diabetes mellitus, hiper o hipotiroidismo e hipoglucemia y también causar dermatitis o acné.
¿Cómo identificar si es una enfermedad o un problema psicológico?
Es muy difícil que una persona pueda distinguir por sí sola si su malestar es producto de una enfermedad orgánica o de una somatización. Para ello lo mejor es acudir a un especialista a fin de descartar la existencia de un trastorno orgánico y reconocer si hay un componente emocional. De ser así, se debe adoptar el tratamiento psicológico adecuado.
Además, debe tenerse en cuenta que hay ciertos factores que pueden desencadenar este proceso de somatización, como el estrés, bloqueos o conflictos internos, cambios repentinos en la casa o en el trabajo y experiencias traumáticas y dolorosas como el duelo o la separación.
Para tratar esta afección, los expertos recomiendan la terapia cognitiva conductual, pues proporcionará al paciente nuevas habilidades que le permitirán hacer frente a los síntomas y obtener una comprensión más profunda de su condición.
En tanto, para prevenir esta situación, también se aconseja a las personas:
- Practicar técnicas de relajación, respiración y meditación que ayudarán a aliviar las tensiones, el estrés y el dolor.
- Buscar espacios para expresar sus emociones y no suprimirlas, pues así aprenderá a reconocerlas, aceptarlas, manejarlas y autorregularse.
- Aprender a actuar asertivamente, expresando sus necesidades o deseos, poniendo límites interpersonales y aprendiendo a decir que no.