El proceso de maduración no es sencillo y toma sus años en la vida de cada persona, especialmente durante la infancia, la pubertad y la adolescencia; sin embargo, ¿en qué tanto se diferencia la maduración de las niñas y de los niños?
Esta pregunta se ha vuelto muy popular estos años, ya que se tiene entendido que las niñas se vuelven más maduras a corta edad. Científicamente la velocidad de maduración cerebral y física de niños y niñas es diferente; incluso, desde el vientre, se sabe que las bebés maduran antes biológicamente y psicológicamente.
Las hormonas juegan un papel importante. Mientras que la testosterona afecta de manera lenta al lóbulo izquierdo del cerebro (responsable del pensamiento) en los niños, el estrógeno afecta el desarrollo del cerebro de modo que facilita el desarrollo del lenguaje y las capacidades emocionales. Publicidad
Si bien esto es más notorio cuando ingresan a la pubertad y en la adolescencia, con el tiempo, ambos llegan al mismo punto de desarrollo cerebral. En ese sentido, las diferencias más marcadas en el desarrollo de ambos son:
Las niñas:
- Segregan más serotonina que es un neurotransmisor que se encarga entre otras funciones de inhibir la agresividad.
- Son capaces de estar atentas a más de una tarea.
- Son más hábiles en destrezas manuales.
- Son más disciplinadas.
Los niños:
- Producen mayores cantidades de testosterona, hormona que favorece la agresividad.
- Se centran en una sola tarea.
- Más hábiles en destrezas mecánicas y viso-espaciales.
- Muchos tienen problemas de disciplina y agresividad.
Otras diferencias de maduración están en el ámbito sexual, ya que las niñas empiezan a tener cambios más notorios, debido al ciclo hormonal de su cuerpo, por lo que a la edad de 8 años (aprox.) empiezan a desarrollarse los senos y a los 10 años (aprox.) comienza a aparecer su primera menstruación. En cambio, los niños inician dos años después, con la formación de testículos, aparición de vello facial, cambio de voz y más.