Nuestros hijos pasan aproximadamente entre 4 y 7 horas de su día, 5 días de la semana en el nido o en el colegio. Si nos ponemos a pensar, es mucho tiempo, y seguirá siéndolo hasta que tengan 16 años. En su día escolar realizan muchas actividades, comen, conversan, aprenden, se ríen, lloran, se pelean, se amistan, etc. Fundamentalmente se dan dos procesos importantes, los académicos y los sociales, en los que empiezan a recibir mucha información nueva que tienen que procesar día a día. “Mamá sabías que uno más uno es dos”, “Pepita me dijo que ya no quería ser mi amiga”, “dice la miss que …”, “fulanito se hizo la pila en el salón”, “a la prima de la prima de mi amiga la dejan hacer…” y una serie de infinitos comentarios que escuchan constantemente.
Los recreos principalmente son un momento clave para este tipo de intercambios, para algunos niños, los recreos son motivo de ansiedad ya que no tienen con quien jugar o piensan que los van a molestar, mientras que para otros es el momento más divertido del día.
Como vemos, en el colegio y en el nido conocen nuevas experiencias, es por este motivo que nosotras tenemos que estar en constante comunicación con nuestros niños, siempre preguntándoles a ellos pero también a sus profesoras. No nos sintamos incómodas de preguntar, es algo básico. La comunicación entre madres y maestras, tanto ellas como nosotras tenemos que estar al tanto de lo que pasa con nuestros hijos para poder comprenderlos y brindarles el apoyo que necesitan. Muchas veces vemos alguna actitud o comportamiento extraño y no sabemos a qué se debe, pero si intercambiamos la información y recurrimos a la comunicación podemos encontrar la respuesta.
Sin embargo, esto no significa que debamos estar constantemente preocupadas ¿A qué jugó hoy Periquito en el recreo? ¿con quién? ¿a qué hora? ¿con la mano para arriba o la mano para abajo? NO, no podemos saberlo todo, si hacemos esto agobiamos y asfixiamos a nuestros hijos y también a la profesora que probablemente tenga 30 otras mamás que le están haciendo las mismas preguntas. Lo mejor es hacer preguntas generales y mantener una buena comunicación de vez en cuando y avisar si notamos algo extraño en casa o en la escuela.