Alrededor del noveno mes de tu bebé, tras una dieta estricta entre leche materna y papillas, llegó el momento de empezar a saborear los sabores del mundo. A partir de esta etapa, tu pequeño ya ha logrado desarrollar las habilidades motoras suficientes para llevar algunas acciones con cierta precisión, como lo es comer.
Si bien no todo lo que el bebé intente llevar a su boca llegará a su destino, por lo menos empezará a medir la presión en sus palmas, lo que le permitirá aprender a sujetar su comida y, al mismo tiempo, ir seleccionándola. Esto le permite desarrollar su autonomía y autorregulación alimentaria, además de ganar confianza.
Esta etapa también es importante porque lo integra a la familia. Normalmente se suele comer después de dar de comer al bebé, pero cuando puede empezar a comer por sí mismo, se le puede integrar a la dinámica de las comidas familiares y, también, lo hace sentir unido a sus seres más cercanos. Advertencia: Si le da por hurgar en tu comida, no le refutes, es innata esa curiosidad. Publicidad
Esa misma curiosidad lo empuja a querer llevarse a la boca lo que le parece más vistoso, más colorido o con formas que pueda coger, como las rodajas de plátano u otros. La disposición de los alimentos también es una variante que él juzga y que si, no le gusta, puede llegar a rechazar el plato por su presentación y disposición de los alimentos.
Durante este proceso, no lo dejes solo. No todo lo debe coger con la mano, principalmente los alimentos nuevos, los cuales debes darle un margen de hasta una semana para detectar posibles intolerancias o alergias. Acompáñalo en esta aventura y ten toda la paciencia del mundo, porque él solo desea estar contigo.
El comer primero tú y luego darle a él, después de que te vio disfrutar lo que probaste, le dará la confianza que necesita para abrir la boca y comer (recuerda, los pequeños comen por imitación). Aquí el tiempo es relativo, solo ten en cuenta que, conforme pasen los meses, de acuerdo a sus porciones, calcularás cuánto es que demora al comer. Por ejemplo, al año de edad el bebé come entre un tercio y la mitad de lo que come un adulto; a los 3 años, la mitad.
Ten en cuenta, además el tamaño de los trozos cortados y que los alimentos no tengan piel, como las uvas, pus por estos detalles el bebé se puede atragantar, por lo que te pedimos que seas cauta.
Si tu bebé ya empezó a comer más, cuéntanos cómo te va en esta experiencia.