Los niños y adolescentes en edad escolar pasan aproximadamente 40 horas semanales en los colegios. Entre otros temas, también deberían aprender buenos hábitos de alimentación, pero ¿cómo se forman si en muchos quiscos escolares se vende comida chatarra?.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha propuesto que se prohiba la venta de dichos alimentos en las escuelas. ¿Por qué? Porque lo que comen tiene un impacto fuerte en su salud; enfermedades como la obesidad están entre las principales causas de muerte, y estas se generan desde la infancia.
¿A que denominamos “comida chatarra”?
-Son todos aquellos alimentos que pasan por un proceso de envasado y que por cada 100 g de porción comestible tiene:
– 5 g de azúcar,
– 1.5 g de grasa saturada y
– 30 mg de sodio.
– Son fuente de azúcares, aditivos químicos, sal o sodio, preservantes, saborizantes, cafeína, grasas trans, grasas saturadas y sustancias alergenas que causan trastornos respiratorios en los niños.
– Son alimentos con mínimas cantidades de vitaminas y minerales para generar energía en niños y adolescentes. Algunos alimentos de este tipo son: las galletas dulces o saladas, papitas o camotes, jugos o néctares, algunos chocolates, gomitas o caramelos, hamburguesas o pizzas.
¿Qué efectos causa la comida chatarra en el organismo?
– Aumenta el riesgo de padecer: sobre peso, obesidad, diabetes, enfermedades coronarios, cáncer de colon, mama y próstata
– Aumenta el colesterol LDL *Malo* en niños y adolescentes
– Disminuye el rendimiento académico y la atención.
– Genera alergias alimentarias, asma y problemas respiratorios.
Muchos niños no llevan lonchera escolar, sólo una propina que los papás les dan para que coman en el colegio, pero si la oferta no es buena, estaremos perjudicando su salud.
Así como la buena alimentación, la actividad física tiene un rol importante en el desarrollo físico y psicológico de los niños y adolescentes. Por ello, la OPS recomienda que se realicen 5 horas semanales de actividad física en los colegios.