Durante las últimas semanas del embarazo estamos atentas a la aparición de contracciones, ya que son interpretadas como un signo de que nuestro cuerpo se está preparando para dar a luz, lo que puede hacer que entremos en un estado de alerta ante cualquier peligro que pueda ocurrir antes del alumbramiento.
Lo que muchas veces desconocemos es que las contracciones son un mecanismo normal de progresión del embarazo y son reconocibles por la mujer embarazada cuando nota un aumento de tensión en el abdomen, que se percibe como un endurecimiento del útero.
Si bien ocurre a partir de las 20 a 24 semanas, en las mujeres que han dado a luz previamente, han sentido este síntoma con anterioridad. Publicidad
Por su parte, el jefe del servicio de Obstetricia del Hospital Universitari i Politècnic La Fe, en Valencia, Alfredo Perales Marín, afirma que “estas contracciones se llaman de Braxton Hicks, son de intensidad variable, con una frecuencia igual o menor a una cada 10 minutos y no son dolorosas”.
Sin embargo, pueden presentarse en cualquier momento del embarazo. Es el caso de los abortos, que aparecer para expulsar el contenido del útero y se asocian con sangrado. También pueden darse después del parto, como un mecanismo de seguridad para reducir el sangrado del útero, síntoma que es comúnmente llamado “entuertos”.
También pueden provocarse. Una manera de hacerlo es mediante la estimulación del pezón mamario, ya que se libera oxitocina, la hormona que contrae el útero. Otra forma sería mediante fármacos compuestos por esta hormona o por prostaglandinas.
¿Cómo saber que no son contracciones de parto?
Según la revista DMedicina, las contracciones que dan inicio al parto suelen caracterizarse por aparecer con una frecuencia de 2 cada 10 minutos durante una hora o más. Las que no suponen un parto se caracterizan por una intensidad, frecuencia y duración menor y no producen modificaciones sobre el cuello del útero ni suelen causar dolor.
Sin embrago, si estas contracciones tienen una frecuencia de 4 en 20 minutos u 8 en 60 minutos se puede producir una amenaza de parto prematuro.
¿Tienen algún riesgo?
Perales Marín explica que son peligrosas. No obstante, si aumentan en intensidad, duración y frecuencia pueden poner en compromiso al feto, sobre todo si se habla de un feto prematuro o con restricción de crecimiento intrauterino. También si la madre tiene una cicatriz cesárea en el útero, se debe incrementar la vigilancia.
En caso se presenten, el especialista recomienda tomar las contracciones con tranquilidad y reposo, pero si continúan y son cada vez más dolorosas, acudir con un médico, ya que puede ser por un alumbramiento prematuro (antes de las 37 semanas) o por trabajo de parto normal (38 semanas).