Expertos advierten que la contaminación sonora no solo afecta la audición, también puede causar ansiedad, aumentar la frecuencia cardiaca y ocasionar infartos.
La mayoría de las personas que vivimos en Lima por muchos años nos hemos casi acostumbrado a convivir con el ruido de la ciudad. Bocinas, comercio, música, ambulantes y mucha gente en las calles son parte de nuestra cotidianidad. No nos damos cuenta que Lima tiene niveles de ruido que sobrepasan los valores permitidos y que eso afecta nuestra salud, pues puede producir estrés, dificultad para concentrarse, dolores de cabeza e, incluso, la pérdida de la audición.
La diseñadora Gladys Damián, de 48 años, es consciente de ello. Se mudó de una pacífica casa en Chaclacayo a Lima, hace algunos meses, y ahora vive en un departamento de la avenida Canevaro, en Lince. “Siempre dormí bien, era de las personas que ponía la cara en la almohada y me adormecía de inmediato, pero me mudé por la pandemia y desde que vivo aquí todo cambió. El ruido de los autos, el comercio, la gente no me dejan descansar ni conciliar bien el sueño y eso hace que en el día esté cansada, malhumorada y menos productiva”, señala.
Pero ella no es la única. Carlos Céspedes, un joven estudiante de 23 años, también se ve afectado por el ruido que rodea su vivienda en el centro de Lima. “He vivido acá siempre y me había acostumbrado al ruido. Solía escuchar música con audífonos y pensaba que no afectaba mi salud, pero hace unos meses un pitido comenzó a molestarme en el oído, fui al especialista y me dijeron que estaba perdiendo la audición y que era irreversible”, cuenta.
Gladys y Carlos son dos víctimas de la contaminación sonora. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este tipo de contaminación es uno de los factores ambientales que provoca más problemas de salud. La Agencia Europea del Medio Ambiente indica que, en ese continente, causa al año 16,600 muertes prematuras y más de 72,000 hospitalizaciones. Aunque no hay datos de los efectos del ruido en Latinoamérica, la organización advierte que en la región la situación sería similar o peor.
Las consecuencias del ruido
Una investigación de la OMS sobre el impacto de la exposición a fuentes de ruido reveló que la contaminación sonora es una amenaza silenciosa a la que hay que hacer frente, pues más allá del impacto negativo sobre la audición, por casos de tinnitus o sordera, puede provocar otros problemas, clasificados como:
- Psicológicos: irritabilidad, estrés, problemas de comunicación, ansiedad e, incluso, agresividad.
- Fisiológicos: Aumento del pulso y de la frecuencia cardiaca y respiratoria o la presión arterial, dolor de cabeza, gastritis, colitis y hasta infartos.
- Alteración del sueño y descanso: insomnio, falta de atención, somnolencia durante el día, cansancio o bajo rendimiento.
También se estima que el ruido puede propiciar hasta un mes de retraso en la capacidad de lectura y comprensión en los niños. Del mismo modo, una exposición al ruido de más de 80 decibeles durante 40 años de trabajo, con semanas laborales de 40 horas, puede derivar en discapacidad auditiva permanente.
El informe Ruido y Salud, realizado por la aseguradora DKV y Gaes, en España, determinó que una de cada cuatro personas en ese país no puede dormir por el ruido ambiental; además, el ruido por tráfico en Madrid aumenta la mortalidad y el bajo peso al nacer de los recién nacidos en un 6% y aumenta la probabilidad de que se produzcan nacimientos prematuros en un 3.2%.
En tanto, otra investigación de la Agencia Europea del Medio Ambiente concluyó que la exposición al tráfico vehicular con decibeles de 59.3 aumenta un 5% el riesgo de arterioesclerosis y hay una relación entre el ruido y el desarrollo de enfermedades metabólicas, como la obesidad o la diabetes tipo 2.
El oído necesita algo más de 16 horas de reposo para compensar dos horas de exposición a ruidos de 100 decibeles.
Situación del ruido en Lima
La OMS define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibeles y advierte que dicho ruido se vuelve dañino si supera los 75 decibeles, y doloroso a partir de los 120 decibeles.
En Perú, la legislación ha puesto topes a los niveles de ruido según la actividad de cada zona:
- Zona residencial: el límite es 60 decibeles durante el día y 50 decibeles por la noche.
- Zona comercial: el límite es de 70 decibeles en el día y 60 decibeles en la noche.
- Zona industrial: el límite es 80 decibeles en el día y 70 decibeles por la noche.
Sin embargo, estos límites no se respetan. Estudios elaborados por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) han comprobado que en diversos puntos observados se sobrepasaba el nivel de ruido permitido.
Por ejemplo, mediciones en la Av. Abancay con el Jr. Cusco alcanzaron los 81.7 decibeles; en la Av. Javier Prado con Petit Thouars, 78.8 decibeles; en el cruce de Av. Javier Prado con la Av. Brasil, 75.2 decibeles, y en el Mercado de Ceres, 80.3 decibeles.
De acuerdo con el Mapa de Ruido, elaborado por la Municipalidad de Lima –tras monitorear 33 puntos de la ciudad–, las principales fuentes generadoras de contaminación sonora provienen del comercio ambulatorio motorizado, los colectivos y el parque automotor. Este último es el responsable del 80% del ruido generado en Lima Metropolitana.
Pero también contribuyen a la contaminación auditiva las obras de construcción, que afectan en mayor medida los distritos de Cercado de Lima, Santiago de Surco, Comas y Pueblo Libre; el comercio, que conlleva al uso de megáfonos, parlantes, silbatos y otros medios de atracción de posibles clientes; los pub, discotecas, bares y locales de eventos musicales y las actividades deportivas en las que se utilizan fuegos artificiales y altavoces.
Aunque un monitoreo sobre la contaminación sonora realizado en la ciudad por la Municipalidad de Lima, en convenio con el Grupo Qaira y el Grupo de Liderazgo Climático-C40, demostró que durante la inmovilización obligatoria hubo una reducción del ruido de 7.34 decibeles, apenas se reanudaron las actividades comerciales, el ruido nuevamente se apoderó de la ciudad.
Salud auditiva de jóvenes en riesgo
Pero hay más peligros para la audición. Con la popularización de la tecnología, algunos dispositivos, como las computadoras, teléfonos celulares y videojuegos, suelen escucharse con audífonos a volúmenes perjudiciales y durante largos periodos de tiempo, lo cual también contribuye a la contaminación auditiva.
La OMS calcula que 1100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a estas prácticas auditivas perjudiciales.
Al respecto, la otorrinolaringóloga de IPC Salud Iris Gómez Peirano indicó que los ruidos que sobrepasan los 85 decibeles pueden provocar daños auditivos graduales que no tienen cura, pero se van acumulando en forma silenciosa y sin dolor y podrían significar la pérdida total de la audición.
“El daño depende de la intensidad del ruido y del tiempo de exposición a este. Generalmente se produce en el trabajo, por los ambientes con claxon, timbres y sonidos muy fuertes de parlantes, o también por las aficiones personales y de entretenimiento, como escuchar música a un volumen o intensidad muy alta”, señaló.
En ese sentido, advirtió que la potencia de los audífonos de un reproductor de audio o un celular puede alcanzar los 100 decibeles, lo cual es excesivo. Por ello, recomendó usar los audífonos a un volumen moderado y en un máximo de 30 minutos al día y proteger los oídos con algodones o protectores de silicona cuando vamos a conciertos o ambientes muy ruidosos.
Según la OMS, casi el 50% de los jóvenes están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos de audio personales y teléfonos inteligentes.
¿Cómo mitigar este problema?
Para enfrentar la contaminación auditiva, la Municipalidad de Lima tiene en marcha un proyecto de monitoreo de contaminación sonora basado en tecnología de ciudades inteligentes, con sensores de bajo costo que permiten conocer, en tiempo real, los niveles sonoros a los que están expuestos los limeños.
Los puntos de monitoreo de ruido ambiental considerados son las avenidas más concurridas, las áreas con presencia de comercio y zonas de protección especial, como hospitales y colegios.
Además, se viene empleado el sonómetro y se capacita a las municipalidades distritales en la elaboración de mapas de ruido.
Pero, también, grupos ciudadanos, como Lima Como Vamos, realizan campañas para concientizar a la población sobre la importancia y las formas de evitar la contaminación sonora. Usted puede contribuir a esta tarea tomando en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Gran parte de la contaminación sonora de Lima proviene del uso excesivo del claxon, por eso, si es conductor, toque el claxon solo por motivos de seguridad y, si es pasajero, haga respetar esta medida. Evite usar el claxon para pasar la voz a pasajeros o amigos, reclamar al policía que está dando pase a otra vía o apurar el tránsito cuando la luz acaba de cambiar a verde.
- Evite usar la lavadora, aspiradora o secadora por la noche para así no molestar a los que están durmiendo.
- Ajuste moderadamente el volumen de los elementos electrónicos, como la computadora, televisión, altavoces, videoconsolas, etc.
- Si tiene una mascota, procure que no moleste a los demás con sus ladridos o cualquier otro sonido molesto.
- Realice obras en las horas que estén permitidas.
- Utilice una protección para los oídos cuando emplee aparatos que generen mucho ruido.
- No use auriculares con música muy alta ni por tiempos muy prolongados.
- Evite dedicar mucho tiempo a actividades ruidosas. Si debe hacerlo, haga pausas largas.