¿Te has preguntado por qué las personas que tienen mascotas viven más tranquilos y sin mucho estrés? Está científicamente comprobado que la convivencia con una mascota ayuda de forma considerable a la salud de sus dueños, más aún si llega a completar la familia.
Su incidencia es tal en el círculo familiar que vehiculiza afectos, sentimientos y reacciones diversas en cada uno de sus miembros. En el caso de los niños, colabora en el desarrollo de su capacidad afectiva y en su comunicación.
La manera cómo se relacionan los niños con sus mascotas (sea perros, gatos o cualquier otro) permite la construcción de lazos basados en el respeto. Le genera, además, un enlace con la naturaleza, crea hábitos y fija límites. Una relación basada en el cuidado y en el amor puede favorecer el desarrollo de la comunicación verbal, no verbal, la compasión y la empatía. Publicidad
Es un confidente ideal, ya que se convierte en “el guardián” de los secretos y pensamientos privados de los chicos. Así como algunos niños les cuentan sus cosas a sus peluches o muñecas, también lo hacen con sus mascotas, lo que les posibilita desplegar sus fantasías, estimula el intercambio de actividades lúdicas y favorece su socialización y el desarrollo de habilidades motrices.
Además, la presencia de una mascota en casa puede ayudar a los padres a abordar diversas temáticas relativas a la vida: la reproducción, el nacimiento, las enfermedades, los accidentes, la muerte y el duelo, temas algo completos de tratar con los niños pequeños.
Pero, si aún no tienes familia, igual el impacto de tener mascotas es más que beneficioso, ya que:
- Mejora la frecuencia cardiaca y presión arterial.
- Libera más oxitocina, la hormona del bienestar.
- Reduce las posibilidades de enfermar o tener alergia.
- Disminuye el estrés.
- Mejora nuestra forma física.
- Alivian el sentimiento de soledad y depresión
- Mejora nuestra vida social
- Estimula a los niños
- Refuerza la autoestima
- Nos hace reír.
Finalmente, la convivencia con los animales supone un aumento de los sentimientos positivos, el fomento de los valores como la responsabilidad y la fidelidad, además de aportar más calidez, cariño y amor incondicional. ¡Qué vivan las mascotas!