Cierra los ojos por un momento e imagina que alrededor de tu cabeza hay un globo gris. El mundo se ve distinto a través de él, de pronto los colores pierden su intensidad y se vuelven opacos, todo se siente lejano, sin sabor.Ahora imagina que el globo se expande por todo tu cuerpo y de pronto es como si estuvieras en una burbuja que te separa del mundo, te sientes anestesiado. Dentro de la burbuja el aire es muy pesado, te llena de fatiga, te succiona la energía, las ganas. Es como si tu cuerpo estuviera repleto de pesas amarradas a cada articulación, haciendo que sea muy difícil tan solo levantarte de la cama, todo lo externo te abruma, te sientes asfixiado por tu entorno, como si te estuvieras ahogando por dentro mientras que ves a todos los demás respirando sin dificultad. Te das cuenta de que ahí dentro hace mucho frío y no tienes con qué abrigarte, el globo te ha atrapado en ti mismo y ese lugar no se siente necesariamente como un hogar en este momento. Y lo peor es que nadie nota que estás encerrado porque la depresión –o globo- es silenciosa y tú eres muy buen actor.
Depresión vs. sentirse triste
Pienso que la depresión se ha insertado de manera equivocada dentro del lenguaje cotidiano como sinónimo de tristeza. He escuchado muchas veces que las personas dicen sentirse deprimidas como si la depresión fuera un estado emocional, pero ¿realmente sabemos lo que es la depresión?
a. Tristeza
La tristeza es uno de los síntomas de depresión, sin embargo, no es el único y el hecho de sentirla no significa estar deprimido necesariamente. La tristeza es un estado emocional temporal, es una emoción y cómo tal, tiene una función y un mensaje que darnos, nos dice que algo nos ha herido, una pérdida, un fracaso. Incluso puede surgir por un desequilibrio hormonal del momento. Sentir tristeza puede generar desgano y apatía; sin embargo, es un estado con hora de caducidad.
b. Depresión
La depresión no es una emoción, es un trastorno del estado del ánimo que genera una sensación crónica de malestar, apatía y deterioro que nos impide funcionar con normalidad afectando en nuestra calidad de vida. No es la respuesta temporal a una situación específica sino un estado a largo plazo, al cual no podemos encontrarle explicación concreta.
Ocasiona desniveles de sustancias químicas en el sistema nervioso central, por ejemplo, baja la cantidad de neurotransmisores (mensajeros cerebrales) como la serotonina, la cual es encargada de mantener en equilibrio a nuestro estado de ánimo. Por ende, si disminuye en exceso, nos caemos con ella. Por otro lado, la dopamina se relaciona con las sensaciones placenteras, la motivación, el aprendizaje y la memoria. La depresión se lleva mucho de esa sustancia, generando problemas de concentración y dificultad para recordar las cosas. Frente a ello, se debe recibir ayuda profesional para enfrentarla y/o utilizar fármacos para manejar el desnivel de ser necesario.
Entonces, sentirse triste no es lo mismo que estar deprimido.
¿Por qué aparece la depresión?
Pueden ser muchas razones las que llaman a la depresión, es una mezcla de factores sociales, biológicos y psicológicos. Puede llegar luego de una experiencia pasada o actual muy fuerte que nos impacta de manera negativa, la genética nos da mayor vulnerabilidad a encontrarla, el abuso de sustancias tóxicas o la abstinencia de ellas puede servir como detonante, incluso puede surgir acompañando a una enfermedad física.
¿Cuáles son los tipos de depresión?
La depresión tiene muchas caras. Puede ser leve, moderada o grave, dependiendo de la intensidad de los síntomas y en cuánto afecta a la capacidad que mantienes para seguir con tu vida diaria. Por ende, en los casos leves, tienes dificultad para seguir funcionando en el trabajo, la universidad, tu mundo social y demás. No obstante, en los casos más graves, es una hazaña casi imposible.
Puede llegar como un episodio único que dura de dos semanas a meses, también puede volver luego de un periodo o debido a ciertas temporadas del año, puede mantenerse en el tiempo como un estado crónico, puede ser que una persona tenga como característica a un estado de ánimo depresivo la mayor parte del día por mucho tiempo, dándole la sensación de “siempre haber sido así”. Asimismo, si el duelo se vuelve enfermizo, también puede transformarse en depresión o incluso, presentarse en las mujeres luego de dar a luz.
¿Cómo notamos a la depresión?
La depresión empieza como un dolor de cabeza, todos creemos que es temporal pero no lo es. No necesariamente experimentas todos los síntomas a la vez, pero se siente algo así:
- La sensación te persigue durante la mayor parte del día, te sientes tan vacío por dentro y no encuentras con que llenarlo. En términos simples, es como si tuvieras el llanto atorado en la garganta todo el tiempo. Puedes sentirte irritable, malhumorado, buscas aislarte de todo y de todos porque ¿Cuál es el punto? De qué sirve intentar hacer algo si nada te hace feliz, nada te emociona y todo pierde sentido.
- La depresión tiene un impacto en tu estilo de vida. Puede impedirte dormir o mantenerte durmiendo todo el tiempo, puede generar que aumentes o disminuyas de peso de manera considerable sin dietas de por medio o impactar en tu apetito.
- Tu mente es un caos. Empiezas a auto sabotearte con pensamientos hirientes que te hacen sentir culpable, inútil, innecesario. Tratas de poner tus ideas en línea de nuevo, pero no puedes, la mente se nubla y no puedes pensar con claridad. Concentrarte en algo y tomar una decisión se siente muy difícil, el tiempo pasa lento y tú también. A su vez, es común que la ansiedad también quiera asomarse.
- Experimentas una fatiga permanente que se roba toda tu energía, lo único que quieres es dormir para poder dejar de sentir la pesadez de tu cuerpo o, por otro lado, esa pesadez no te deja cerrar los ojos. Empujas lejos a las personas que se preocupan por ti porque sabes que no pueden salvarte y lo único que quieres es evitar más preguntas, incluso puedes pensar mucho en la muerte. Entonces comienzas a forzar sonrisas y es ahí cuando cada día se vuelve en una batalla constante.
Para ti, que has sentido a la depresión de cerca…
No estás solo. Según la OMS, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Cerca de 2 millones de peruanos conviven con ella, 600 mil de ellos son limeños, 75% no recibe tratamiento y ¡solo el 35% es consciente de tenerla! ¿Alarmante no? Y por eso, hablar de salud mental es y va a seguir siendo necesario.
No es cierto que exageras, no es una cuestión de actitud como alguna vez te dijeron, no es debilidad, es real y es difícil de sobrellevar, pero no imposible. Eres valioso por más que tu mente te haga creer lo contrario muchas veces. Lo cierto es que la salud mental es tan importante como la física y puede llegar a apagarnos con cosas como esta. Por ello, a veces no podemos solos y tenemos que pedir ayuda, la depresión debe ser detectada y tratada porque sentirnos bien bajo nuestra propia piel es un derecho humano.
¿Qué no decirle a un amigo que sufre de depresión?
Decirle a una persona con depresión frases como “tienes que poner de tu parte”, “ya no estés triste” o “todo está en tu cabeza”, muchas veces aumenta su frustración y sus pensamientos de auto ataque. Recuerda, ellos no pueden evitar sentirse de ese modo y al notar que su malestar no es válido para ti, los pensamientos que tiene de inutilidad y fracaso se ponen a todo volumen. Entonces en lugar de estos mensajes, puedes intentar con un “estoy aquí para ti”, créeme se sentirá mucho mejor.