La hinchazón en las extremidades inferiores, los calambres y demás malestares propios de la gestación hace que busquemos urgentemente los zapatos adecuados para poder salir de nuestras casas, sin tener que ponernos pantuflas.
No necesitas usar altísimos tacones para lucir regia, basta con el encontrar el cansado adecuado que te permita sentirte cómoda, segura y acorde con la ocasión. Recuerda que con cada etapa del embarazo, nuestro cuerpo cambia y amerita que tomemos en cuentos detalles.
Al ganar más peso, por el crecimiento del vientre, la curvatura lumbar aumenta y nuestro eje de gravedad se mueve, lo que se traduce en menos equilibrio y más riesgos de caídas, además de sobreesfuerzo en las piernas y en los pies. Los más afectados son los tobillos, donde residirán el mayor número de molestias. Publicidad
Para ello, lo mejor es conseguir calzados con las siguientes características:
- Zapatos cerrados. Si queremos proteger nuestros tobillos, lo mejor será dejar de usar las chanclas y sandalias para evitar torceduras o esguinces.
- Buen soporte en el arco. Esto evitará que nos dé fascitis plantar (inflamación y dolor en el talón y en la zona media del pie).
- Nada de tacones altos, especialmente con tacón aguja. Si bien son ideales para reuniones y celebraciones, durante el embarazo, lo mejor será guardarlos, debido a que ahora se tiene menos equilibrio.
- Fuera los zapatos planos. Si bien no podemos usar tacones altos, los zapatos con tacones de 2 a 3 cm son ideales.
- Calzado de horma ancha. Estos zapatos ejercen menos presión en el pie, ya que tiene el ajuste ideal para sostener pie de la mamá.
- Hechos de materiales naturales. Lo mejor es guardar o desechar los zapatos de materiales sintéticos y cambiarlos por calzados naturales y flexibles.